Ensayo
Daniel
Yusti
Diseño y Comunicación
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El derecho a morir dignamente es una elección propia
de cada persona que padece una enfermedad termina. En Colombia más del 70% de
personas que solicitan la eutanasia mueren antes de esta ser aprobada, debido a
que el trámite para su aceptación es muy extenso lo que es injusto para estas
personas, dado que es evidente que si se toma esta última decisión es porque
realmente su enfermedad le está causando sufrimiento.
“El
hombre teme a la muerte, pero aún teme más al sufrimiento. Por lo tanto, la
eutanasia se ha convertido en una posibilidad para algunos. Es evidente que no
es posible hablar de la eutanasia sin considerar el tema del sufrimiento y del
dolor. Si no existieran ni el sufrimiento ni el dolor no cabría la posibilidad
de plantearse la eutanasia. No tendría entonces ningún sentido. Esto es así
porque la misma definición de eutanasia habla de sufrimiento. Recordemos que la
eutanasia se define como muerte sin sufrimiento” (Álvarez, 2005)
Es
fácil hablar de la eutanasia cuando no se tiene alguna experiencia con ella. Reflexionemos
un poco y pongámonos en la situación de estas personas, que cada día que pasa
es una constante lucha con su enfermedad, que ya no agradecen por cada día de
vida porque lo único que tienen en su mente es cuándo llegará ese momento que
puedan descansar, y a pesar de que en Colombia la eutanasia fue despenalizada,
existen casos de personas que se están muriendo esperando una respuesta para su
proceso de aplicación.
Como
el caso de Rodrigo Castrillón que padecía neurofibromatosis tipo 2, una
enfermedad producida en la corteza del cerebro a causa de dos tumores. Desde
que le descubrieron ésta enfermedad en el 2009, él solicitó la eutanasia. Llegó
el 2014 y todavía estaba en este proceso. Declaró lo siguiente: “Mi padre
falleció hace 2 años de cáncer de colon y pidió tramitar la eutanasia pero no
alcanzó a recibirla. Estuvo meses sin dormir, usaba pañales y no sabía en qué
momento hacía las necesidades. Por eso y mucho más no quiero llegar a ese
estado”. (Castrillón, 2014, citado por Zuleta, 2014)
Este
es uno de los testimonios que la sociedad no comprende, prefieren ver sufrir a
la persona que verla descansar en paz, no entienden qué nadie siente tal
sufriendo más que la misma persona, no asimilan que la persona ya está cansada
que quiere descansar y estar en paz, no respetan el libre albedrío de cada
quien, tal vez se hacen los ciegos en esta situación o se llevan el pensamiento que les inculca la
religión, la eutanasia pasiva a una activa, lo cual es peor para el paciente en
tal momento.
Existen
dos tipos de eutanasia, la pasiva, que es aquella en donde se deja morir al
paciente sin suministrarle ningún medicamento, no se le brinda alimento y se
desconecta en el caso de estar conectado a alguna máquina que le ayude a
prolongar la vida, de esta manera el paciente muere de forma natural, por otro
lado la activa, es aquella donde se le suministra un medicamento al paciente
ayudándolo a morir al momento, de una
manera tranquila y sin dolor alguno, sin duda esta es la opción que la mayoría
de personas en esta situación eligen, sin embargo es la que no pueden decidir
por sí mismo, tal vez la religión, el gobierno o diferentes personas siente el
mismo dolor que siente el paciente.
Después del aborto, la legalización de la eutanasia. Es otro
asesinato legal: eliminar viejos inútiles y enfermos terminales. Aunque se
enmascare el crimen con palabras bonitas: “muerte digna”, “muerte dulce”. El
remedio de una enfermedad no es matar al enfermo. Ni siquiera porque él lo
pida. El enfermo no desea la muerte, lo que desea es dejar de sufrir. Por eso
se le pueden administrar toda clase de paliativos del dolor. Incluso los que
pueden acelerarle la muerte. (Loring, 2008)
Sería
inhumano dejar sufrir a una persona que tiene un dolor que nada ni nadie lo
puede curar, debido a su enfermedad, por
lo tanto si el paciente, toma la decisión de terminar con su vida dignamente de
eutanasia, el médico tiene el deber de cumplir con tal determinación, dicho de otra manera el estado, demás
personas, religión, no tienen nada que ver con la decisión autónoma de cada
quien, respetemos más la forma de pensar de las persona y más a personas en
esta condición, que son guerreros a la fuerza, debido a que tienen que afrontar
con esta enfermada cada día.
Consideremos
a estas personas, que no toman una decisión de muerte por capricho, sino por su
sufrimiento, que cada día que pasa viven una lucha constante en un cuerpo
averiado, ya sea por el dolor o porque están inmóviles, o tal vez de tanto luchar, ya no dan para más, están
cansados y por más que su enfermedad les gane la batalla, no permiten que los
demás los vean tristes, es una decisión definitiva y si es tanto el amor hacia
la persona, su familiares sabrán que hacer en esta situación.
Para
finalizar, la eutanasia, no es un homicidio legal, es una decisión autónoma,
consciente de las personas, que se encuentran sufriendo de una manera
impresionante por su enfermedad, es morir dignamente y descansar en paz. Y así
me atrevo a comentar, que muchas personas tienen su posición, frente, a este tema
tan controversial y quieren tomar decisiones, que no les corresponde, es algo
difícil porque no se sabe, quién es dueño de la vida, si la religión, el
gobierno o uno mismo, cada quien se hará sus propias conclusiones.
REFERENCIAS
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